domingo, 1 de mayo de 2022

Non sabemos.

 Non sabemos celebrar os títulos, non sabemos ganar as Ligas, non sabemos facer nada.

Como dixo Javicrossman: Solo decirvos que vos deixedes de tonterías co pasillo do Atleti, non nos debe importar nada de nada do que fagan porque, os leóns non perden o sono pola opinión da ovellas. O Madrid xa solo debe pensar en buscar o mércores o miragre.



Seguimos pendentes de facer o noso propio mea culpa e chiringuito de retratado.

Unhas palabriñas de esttoper sobre a Liga: 

En plena era donde City y Liverpool van desplazando el techo del fútbol hacia el infinito, es un acontecimiento que las que deberían ser las cenizas de un pasado en el que ese rol pertenecía a Madrid y Barça se sigan agarrando a la competición desde lo forjado en aquella época.

Mientras Klopp, Pep y Tuchel se obligan a generar soluciones creativas que repercuten a la vez en problemas a solventar por su rival y hacen del dar el 200% un eterno presente, un veterano grupo que ya pasó por ese trance plasma el resultado del aprendizaje de aquel viaje.

El Madrid perdió el gol (CR), el desborde y velocidad (Marcelo, Bale, CR) y el liderazgo de un Ramos que personificaba un valor único del Madrid: la arrogancia competitiva. El club no palió estos vacíos, pero este grupo los iba a llenar con todo lo absorbido en la última década.

Los jerarcas comandaron desde una autonomía alentada por su técnico, que les proporcionó un marco táctico simple y el respaldo total para que fluyeran. Al cambio, cumplieron con el compromiso de rendir con la persistencia aprendida en la época de la guerra, porque no hubo plan B.

El vestuario cambió un liderazgo personalísimo fundado en la superioridad individual (el líder transmite que puede ‘ganar solo’: Ramos, Cristiano) por otro oligárquico, arropador y desprendido de egos, sin modificar un ápice el carácter competitivo que define al club.

En ese clima sano nació el socio que tanto esperaban los jerarcas. Vinicius tiene todas las cualidades para ser un divo, pero prefirió ser uno de ellos. Él aportaría lo único que nunca podrían ellos, por ser imposible aprenderlo pasados los 30: el regate en parado y la velocidad.

Vinicius es mi jugador favorito del curso. Y lo es porque le ha permitido mostrar a mi jugador favorito de la actualidad algo que no podía cuando remaba solo. Vinicius vino a demostrar que Benzema podía ser Cristiano. Cristiano había tenido a Karim, pero Karim no tenía a nadie.

Benzema ya era un killer, pero Vinicius le ha puesto en la órbita del gol por partido. El brasileño por sí solo plantó al equipo en el último tercio, dividió esa atención de los defensas que antes solo se focalizaba en Karim y le regaló el socio que le prometieron con Hazard.

El cierre de círculo de esta generación tendrá su bandera en la culminación de la carrera de Benzema, cogiendo los testigos de líder y goleador. Los dos bastiones de sus críticos durante esos años que dedicó a impartir clases magistrales de una asignatura que nadie entendía.

Anteriormente:

Toca Jabois.

T4 e as filtracións.

Estoper e ZZ.

Estoper en agosto do 19.

O enigma ZZ.

O noso noruego.

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